Pura artesanía
Cómo nace una joya de filigrana
Preservar la técnica artesanal de la filigrana y explorar la identidad de la pieza nos mueve a crear joyas auténticas que rezuman historia y personalidad propia. Un compromiso con la trayectoria de nuestra marca y la vista puesta en el presente y futuro de un oficio alejado de procesos industriales en el que la belleza de la filigrana en plata de primera ley (925) es protagonista absoluta.
Bocetado
El punto de partida que define el montaje de la pieza son los esbozos en papel de diseños originales o reinterpretaciones de un símbolo tradicional. Estos bocetos se depuran hasta conseguir el escalado real sobre el que trabajar la armazón y el relleno de filigrana.
Reinterpretar la tradición en joyas que sentimos como nuestras nos distingue como marca.
Armazón
El trabajo en taller comienza con la fundición de la granalla de plata hasta convertirla en una tosca barra maleable de plata 925.
Cientos de pasadas por la laminadora después obtenemos un hilo de grosor adecuado. Es entonces cuando el material está listo para modelar manualmente los elementos de la silueta del diseño. Cada una de estas estas piezas se unen con polvo de soldadura de plata y soplete.
*Granalla: Plata 100% pura, excesivamente blanda por naturaleza. Para su uso en joyería es necesario alearla con otros metales que le confieren robustez. La plata 925 posee un 7,5% de cobre.
Rellenado
Cuando tenemos la armazón soldada, se rellena con filigrana. La filigrana está formado por dos hebras de plata que extrusionamos y aplanamos a mano hasta conseguir finísimos hilos. A continuación los cortamos para dar forma a cada una de las minúsculas piezas que rellenan la armazón hasta crear un patrón similar al de un encaje.
Un proceso laborioso y de precisión milimétrica que aporta a cada pieza la autenticidad y personalidad irrepetible que una máquina nunca puede proporcionar.
Soldadura
Una vez completado el proceso de rellenado de la pieza con cientos de hilos de plata, aplicamos un baño de calor. Para ello la espolvoreamos con polvo de soldadura, y el soplete ejerce la magia de la solidez.
Cuando el diseño es cóncavo, añadimos relieve apoyando la pieza sobre una cuña de madera (embutido) con unos pequeños pero precisos golpes de maza. En las joyas de inspiración charra, añadimos un ornamento de pequeñas bolas macizas que elaboramos a medida fundiendo trozos de hilo de plata, y aplicamos más calor para sellar las uniones.
Pulido y pátina
En la última fase, perfilamos, retocamos y pulimos cada una de las formas para recuperar el brillo original de la plata fundida. El toque final es la aplicación de una fina pátina que aporta el característico efecto envejecido de las joyas de filigrana tradicionales.